El gran regreso de los dirigibles
El desarrollo del sector logístico ha sido notable, y hoy en día la movilidad es esencial para nuestro modo de vida. Al mismo tiempo, el sector del transporte (marítimo, ferroviario, aéreo y por carretera) está considerado como el mayor emisor de gases de efecto invernadero. Sus repercusiones medioambientales son numerosas: contaminación atmosférica, contaminación del agua, contaminación acústica y también la saturación de las infraestructuras vinculadas al transporte del espacio urbano. Amazon, por ejemplo, se ha comprometido a reducir a cero las emisiones de carbono de todas sus actividades de aquí a 2040. Una posible solución es el uso de vehículos respetuosos con el medio ambiente. Los dirigibles son un medio de transporte de mercancías más respetuoso con el medio ambiente.
Una tecnología segura podría ser la clave para que los dirigibles vuelvan a volar
Los zepelines llenan los cielos de la épica trilogía de novelas fantásticas de Philip Pullman. Los gigantescos dirigibles de su universo paralelo transportan el correo, soldados en batalla y exploradores al Ártico.
Más allá de la literatura especializada sobre estos temas, la realidad es bastante decepcionante. Un puñado de dirigibles más pequeños vuelan orgullosos por Estados Unidos en giras promocionales para marcas como Goodyear y Carnival Cruise Line.
La buena noticia es que pronto el mundo real podrá por fin acercarse a la fantasía de Pullman. Dentro de cuatro o cinco años, si el ritmo del proyecto se mantiene, uno de los primeros modelos de producción del enorme Airlander apodado "El Vagabundo Volador " será el primer dirigible que vuele al Polo Norte desde 1928.
El Airlander tampoco estará solo en el cielo, ni mucho menos. En un futuro próximo, un nuevo dirigible con forma de ballena azul, de 150 m (tan largo como un A380 y tan alto como un edificio de 12 plantas), se elevará sobre su planta de montaje, al abrigo del calor y la humedad de Jingmen (China). Su objetivo: levantar objetos pesados en algunos de los lugares más inaccesibles del planeta. Otros fabricantes ambicionan igualar a Boeing en esta nueva era de dirigibles. De hecho, esperan que el mercado se dispare en los próximos 10 años, con unos 150 de estos dirigibles en el aire.
Históricamente, las empresas que conseguían vender sus dirigibles los construían meticulosamente a mano hasta cierto tamaño. La demanda del mercado exigía el desarrollo de dirigibles más grandes, pero estos mismos fabricantes tenían dificultades para financiar los costes de desarrollo. Hoy en día, los fabricantes de dirigibles están decididos a replantearse sus metodologías y optimizar sus tecnologías para hacer las cosas de otra manera.
Los nuevos dirigibles pueden transportar cargas pesadas durante más tiempo que los drones
Los dirigibles híbr idos producen una fracción de la contaminación emitida por un avión convencional. Por ello, el Gobierno y la industria británicos han aportado cerca de 1,3 millones de dólares a un proyecto de Hybrid Air Vehicles (HAV, diseñador y fabricante británico de aeronaves) para reducir a cero la huella de carbono desarrollando un sistema de propulsión eléctrica para esta inusual aeronave.
A pesar de su tamaño, el Airlander 10 todavía no es lo bastante grande para levantar cargas pesadas. Habrá que esperar a que el Airlander 50 entre en producción, pero el proyecto sigue en el tablero de dibujo de las oficinas de diseño que participan en el desafío. Es precisamente este mercado el que los competidores actuales ven como la mejor oportunidad de desarrollo para el futuro del dirigible.
La aeronave, que tiene forma de ballena azul, lleva el pegadizo nombre de LCA60T (Large Capacity Airship 60 Tons). A pesar de su diseño innovador y, por tanto, diferente, la aeronave está pensada, de hecho, para reducir el riesgo de explosiones, así como para recortar los costes de diseño y funcionamiento, con el fin de alcanzar sus objetivos a largo plazo. Detrás de su alta tecnología, sus motores eléctricos y sus ultracondensadores avanzados, se esconde esencialmente un Zeppelin de eficacia probada, como en los libros de Pullman.
El LCA60T es el producto de la ambiciosa y bien financiada start-up parisina Flying Whales, fundada por Sébastien Bougon. La start-up recaudó unos 320 millones de dólares para fabricar el dirigible en Francia, cerca de Burdeos, luego en Canadá, en las afueras de Montreal, y finalmente en China, en Jingmen, cerca de Wuhan.
La empresa se ha asociado con otra para desarrollar los métodos necesarios para la producción en serie de dirigibles. Con la ayuda de otro socio, Flying Whales ha desarrollado un muelle aéreo automatizado de 30 metros de altura para reducir al mínimo la infraestructura que necesitan los dirigibles en tierra.
Las ambiciones y el apetito de Flying Whales no tienen límites, salvo el cielo. De aquí a finales de 2021, empezará a desarrollar durante dos años su propio dirigible híbrido para la petrolera francesa Total. Llamado Manta, será mucho más pequeño que los diseños de HAV y Lockheed, lo que lo hará más ágil para explorar zonas de acceso estrecho. Total prevé una flota de 50 dirigibles para transportar suministros y equipos de control que serían demasiado pesados para los drones.
Los dirigibles harán pronto su reaparición y podrían revolucionar el transporte del mañana.Estarán preparados los minoristas, y en particular sus divisiones de la cadena de suministro, para desplegar esta solución?
Por Maryam El Himri
Fuentes : Vehículos aéreos híbridos, Ballenas voladoras, RTBF.be, BBC.com