Los envases simbolizan hoy todas las contradicciones del consumidor actual, dividido entre marketing, emociones y compromiso.
Queremos reducir nuestro impacto, queremos menos envases pero más seguridad.
El 75% de los consumidores afirma que el envase sigue siendo un símbolo de atención a la marca durante el proceso de compra. Estos mismos consumidores rechazan y critican las soluciones de plástico, tamaño y acolchado.
No tenemos el mismo nivel de exigencia cuando compramos alimentos o repetimos nuestras compras. Cuando hacemos estas compras, tenemos una fuerte tendencia a reducir o incluso eliminar los envases.
En cambio, para un producto de más categoría o de lujo, el aspecto social y emocional nos lleva a esperar un envase cuidado, aunque a veces superfluo.
La interdependencia entre envase, producto, imagen de marca, función y compromiso también evoluciona en función de nuestra edad y de la PSC.
¿Qué nos depara el futuro de los envases?
Conclusión:
Los minoristas de hoy tienen que conciliar imagen, función y compromiso, situando al consumidor en el centro de su pensamiento.
No podemos duplicar una solución llave en mano porque el cliente no es el mismo, el posicionamiento de la marca no es el mismo, la función de destino es diferente y los compromisos también.
Ya se trate de envases primarios, secundarios o terciarios, la pregunta sigue siendo la misma: ¿cómo podemos hacerlo mejor?
Y no lo olvidemos: el mejor envase es el que no producimos.
Si tiene un proyecto o quiere replantearse su envasado para comercio electrónico o logística, ¿por qué no habla con uno de nuestros expertos tomando un café?